Nuevos Nombres para Planetas Retrógrados
- Gabriela Ciminieri

- 22 jul
- 10 Min. de lectura
Cuando buscas sinónimos de retrógrado aparecen palabras tales como anticuado, obsoleto,
atrasado, anacrónico, viejo, desfasado, regresivo. Cuando buscas el significado que la RAE
da a esta palabra, ésta también incluye la connotación despectiva del término: persona
partidaria de instituciones política o sociales propias de tiempos pasados, o contraria a
innovaciones o cambios. En mi práctica astrológica cuando abordo el tema de retrógrados,
los estudiantes y consultantes entran en estado de alerta y angustia. Les cambia la carta y
sienten que tener planetas retrógrados es algo malo, como mínimo preocupante. El término
dista mucho de la exquisita profundidad que este símbolo implica.
En este artículo, Mariu García Belmonte, futura egresada de la Escuela Astrología Viva, y
yo, volcamos nuestra mirada fruto de la investigación que estamos llevando a cabo para
rescatar de la astrología clásica y medieval el alma de la simbología astrológica. Para que la
Astrología nos brinde su sabiduría en nuestro camino de individuación.
Lo primero que dijo Mariu fue ¡Cambiémosle el nombre! Busquemos opciones de nombres
que reflejen la riqueza, la profundidad y el potencial de aprendizaje y trabajo interno que
encierran estos planetas, tanto sea natales como en tránsito. Y surgió esta lista por demás
hermosa:
Planetas de Profundidad: Sugiere un viaje hacia el interior, a capas más hondas de
la psique.
Planetas Reflexivos: Destaca la necesidad de introspección, meditación y
autoanálisis.
Planetas Resonantes: Implica una conexión con vibraciones o memorias internas
que necesitan ser "sintonizadas".
Planetas del Reencuentro: Alude a la idea de reencontrarse con aspectos no
resueltos o talentos latentes de vidas pasadas o del inconsciente.
Planetas Inmersivos: Invita a una experiencia de inmersión en el propio ser para
comprender mejor estas energías.
Planetas de Revisión: Enfatiza la oportunidad de revisar, perfeccionar y
resignificar experiencias o patrones.
Planetas de Maestría Interior: Sugiere que estas posiciones ofrecen un camino
hacia el dominio de aspectos internos.
Planetas de Recalibración: Implica un ajuste fino, una sintonización para un
funcionamiento más óptimo.
Planetas Semilla: Como una semilla que germina bajo la tierra antes de brotar,
estos planetas podrían representar un potencial que madura internamente.
Planetas de Crecimiento Profundo: Subraya un tipo de desarrollo que no es lineal,
sino que se da en capas.
Planetas del Origen (o del Origen Profundo): Podría conectar con la idea de que
estas energías nos reconectan con nuestra esencia más primordial.
Planetas de la Sombra Integrada: Desde una perspectiva junguiana, podría
referirse a la integración de aspectos del inconsciente personal o colectivo.
Una definición más bella que la otra. Nos costó decidirnos y finalmente nos inclinamos por
llamarlos Planetas Resonantes, ya que capturan la esencia del trabajo interno y la
oportunidad de crecimiento que ofrece desde la energía, frecuencia y vibración, que nos
lleva a descubrir el sistema solar dentro nuestro, como fractales del universo.
¿Qué papel juega la Frustración en relación a los Planetas Retrógrados?
La frustración con el planeta retrógrado: Hay momentos que uno va a sentir mucha
frustración con este planeta. Mariu y yo amamos la perspectiva de Viktor Frankl,
principalmente porque él fue testimonio vivo de todo lo que dijo y escribió. Para él la
frustración no es necesariamente algo negativo que deba ser evitado a toda costa. Al
contrario, puede ser una señal y una oportunidad para crecer.
Frankl acuñó el término frustración existencial para describir la frustración que surge
cuando nuestra voluntad de sentido no puede ser satisfecha. Esto significa que la frustración
no siempre viene de conflictos internos o traumas pasados, sino de la falta de un propósito
significativo en la vida. Si nos sentimos frustrados podríamos explorar si esa frustración
proviene de una sensación de vacío o de que nuestras acciones no están alineadas con un
propósito que consideramos valioso. Y es acá donde explorar la Carta Natal, los planetas
retrógrados, natales o en tránsito, en búsqueda de sentido, visión y propósito y no con una
actitud derrotista y fatalista, es de gran ayuda. La mirada determinista y fatalista no llena de
miedo. Y es bien sabido como los seres humanos entendieron, por desgracia, que es a través
del miedo que se puede dominar a la humanidad. Las religiones inclusive utilizan este
artilugio del miedo para controlar. Y con la Astrología, ¿no sentís algo en la panza cuando
se te instala un retrógrado en algún lado, o te enterás que tenés una Revolucionar Solar en
Escorpio o un Plutón metido ahí donde menos lo querés? Seamos sinceros. Pasa esto. Ni
hablar con el remanido Mercurio retrógrado!. Los seres humanos respondemos
desafortunadamente al miedo y al control, su primo hermano.
Amamos tanto la Astrología que nos daría mucha tristeza que ella fuera usada como
herramienta de control, a través del miedo. Que se convirtiera en una religión. Y sentimos
el deseo de investigar muy profundamente temas interesantes pero que, para astrólogo
humanista, espantan con su denominación. Me refiero a los llamados desde la astrología
clásica maléficos, en exilio, en caída o planetas debilitados. Porque la palabra es muy
poderosa, acarrea su propia energía, condiciona, predispone, nos llena de miedo. Y el
miedo paraliza el espíritu libre y creativo del ser humano.
Para Frankl, la vida tiene sentido en todas las circunstancias, incluso en el sufrimiento. Y
quién sino él puede tener tanta autoridad para afirmarlo. Si estás frustrado por una situación
que parece inmodificable (como una pérdida, una limitación física o una injusticia), el
camino es encontrar un sentido y adoptar una actitud hacia esa situación. La frustración y el
desgarro pueden ser el catalizador para descubrir un sentido más profundo.
Incluso cuando no podés cambiar las circunstancias externas que te frustran siempre tenés
la libertad de elegir tu actitud ante ellas. Esta es la última de las libertades humanas. No
podes controlar lo que te sucede, pero sí podes controlar cómo respondes a ello. Esta
elección de actitud puede transformar la frustración en un acto de trascendencia.
Exactamente lo que ocurre al trabajar con los planetas resonantes. Jaja empecemos a
llamarlos así.
La frustración puede surgir cuando nos sentimos impotentes. Algo que ocurre
frecuentemente en el camino que recorremos con nuestros planetas retrógrados o en la
retrogradación en tránsito. Ellos nos invitan a mirar más allá de uno mismo y de nuestros
propios deseos, para enfocarnos en valores y en lo que la vida nos pide: ¿Qué tarea única y
significativa nos espera? ¿Cómo podés servir a otros o a una causa mayor? Al
comprometerte con algo que trasciende tus propias necesidades, la frustración puede
disolverse a medida que encontrás un propósito que te impulsa.
Tu frustración puede venir de la búsqueda directa de satisfacción, felicidad o placer por la
satisfacción o por el placer mismo. Ahí no hay un propósito subyacente. Y ahí está el
problema. La felicidad es un efecto secundario de la realización del sentido. El despliegue
de un Resonante deviene de la realización del sentido que emana del mismo. Al encontrar
y cumplir un propósito en tu vida, la felicidad y la satisfacción vendrán como una
consecuencia natural, no como un objetivo directo. Siempre está presente el tema del
sentido. Y aplicado al planeta retrógrado he encontrado en esto un camino de vida. Cuándo
la búsqueda o el deseo deriva de un capricho del ego, el planeta retrógrado no va a
consentirte. Te va a frustrar. Y lo llamaremos retrógrado. Pero cuando hayamos
comprendido el sentido del planeta lo empezaremos a llamar resonante. Al identificar un
propósito lo suficientemente fuerte, la dificultad o el cómo de la situación frustrante se
torna más tolerable. Y nos obligará a revisar, repensar, redefinir, volver sobre nuestros
pasos en relación a los deseos de ese planeta retro/reso.
Si sos de esos que buscan soluciones rápidas para eliminar la frustración, estos planetas no
fluyen, porque ellos implican hacer un trabajo alquímico, más sutil, más comprometido con
lo anímico. Buscan la transformación, la toma de conciencia, lo más esencial de la función
planetaria, y eso, mi querido amigo, conlleva un proceso, una renuncia, una muerte
psicológica, un liberar, un purgar.
La frustración te lleva a conectar con tu deseo real. Si es real, se sostiene en el tiempo,
sostiene el proceso. Si es un deseo caprichoso, no resiste ni el tiempo ni el proceso.
¿Cómo se manifiestan los planetas retrógrados en la primera infancia?
Con Mariu estamos investigando la manifestación del planeta retrógrado en la infancia y
hay algo notable. Hay un denominador común que indica que se manifiesta de manera
atípica. Ni bueno ni malo. Diferente. Ahí es cuando uno puede sentirse el distinto. Estas
experiencias frustran al niño, dejando marcas en su inconsciente que luego se verán en su
vida. Esa experiencia será el peldaño para la indagación, profundización y búsqueda de
sentido de sus experiencias frustradas.
Lo retrógrado es sin dudas una energía que se internaliza, se procesa de manera diferente y
que, a menudo, conlleva un potencial de autoconocimiento y desarrollo único. Por eso
sentimos que el término Resonante es mucho más adecuado.
En la primera infancia (0 a 7 años), podría manifestarse de modo muy interno. Esto
significa que las funciones de ese planeta no se expresan de manera extrovertida o típica
inmediatamente. El niño puede estar procesando esa energía, reflexionando, observando, o
asimilando antes de exteriorizarla. Así, por ejemplo, si Mercurio (comunicación,
aprendizaje) está retrógrado, el niño podría tardar más en hablar o preferir escuchar y
observar antes de participar en una conversación. No significa que haya un retraso en el
desarrollo, sino una forma particular de procesar la información y expresarse.
El desarrollo de la función del planeta retrógrado puede no seguir un patrón lineal o
esperable. Puede haber momentos de aparente pausa o incluso retroceso en ciertas
habilidades o formas de expresión. Esto no es un problema, sino un ritmo diferente que el
niño necesita para integrar esa energía de una manera más profunda y personal.
Para los padres, esto puede requerir paciencia y una comprensión de que el niño no se
ajusta a las normas de desarrollo en esa área específica. La internalización de la energía
planetaria puede llevar a una mayor sensibilidad y una percepción más profunda de los
temas asociados a ese planeta. El niño puede ser inusualmente intuitivo o perceptivo en esa
área, captando matices que otros no ven. Por ejemplo, una Venus retrógrado podría
significar que el niño tiene una forma muy particular y profunda de experimentar el afecto,
o un sentido estético muy desarrollado y personal que no sigue las modas.
Cargas o Patrones Inconscientes:
Desde una perspectiva junguiana, los planetas retrógrados pueden estar conectados con
cargas o patrones inconscientes que el alma trae consigo, a menudo relacionados con el
pasado familiar o incluso con la idea de vidas pasadas, un contacto muy vital con el
inconsciente colectivo y los arquetipos. Muy similar a la carga energética que tienen los
planetas en Casa XII, por ejemplo.
En la primera infancia, esto podría manifestarse como una tendencia o una predisposición a
vivir ciertos temas de manera más intensa o a experimentar desafíos específicos en el área
de vida que rige ese planeta. Por ejemplo, un Marte retrógrado podría indicar una expresión
desatada del planeta y la consiguiente retracción del mismo, o la dificultad temprana para
expresar la ira o la autoafirmación de manera directa.
Uno acá ya empieza a pensar acerca de la importancia de que los padres y el entorno
cercano al niño validen y acepten esta forma singular de ser. Si los padres intentan forzar al
niño a expresar la energía del planeta de una manera externa y convencional, puede generar
frustración, represión y la sensación de que hay algo malo en el niño.
La clave es permitir que el niño explore y desarrolle esa función a su propio ritmo y de su
propia manera, sin juicios. La frustración inicial que pueda sentir el niño o los padres,
puede ser una señal de que se necesita un enfoque diferente.
Aunque en la infancia la energía retrógrada puede parecer un desafío o una introversión, es
un gran potencial. Una vez que el individuo ha tenido la oportunidad de explorar y
comprender esa energía de manera interna, puede desarrollar una forma de expresión de ese
planeta que es profundamente original, auténtica y con una sabiduría única en la vida
adulta.
Lo que se vive como un impedimento en la infancia, con el tiempo y con conciencia, se
puede transformar en una fortaleza distintiva.
Un planeta retrógrado en la primera infancia no es un defecto, sino un indicador de que el
niño está destinado a tener una relación más compleja, interna y posiblemente más
significativa con la función de ese planeta. Requiere de un acompañamiento sensible que
respete los tiempos y la forma única en que esa energía se va desplegando.
El tema es que cuando emergen situaciones, rasgos de temperamento diferentes uno se
asusta. Nos invade el miedo Y es allí cuando el planeta retrógrado funciona de manera
negativa. Nos dominan los fantasmas y monstruos que yacen en el inconsciente. Pero
debemos saber que el desarrollo de las habilidades asociadas al planeta puede no seguir un
patrón esperado, mostrando ritmos propios o pausas aparentes. Requiere paciencia y
comprensión por parte de los cuidadores. Es crucial que el entorno valide y acepte esta
singularidad. Forzar al niño a ajustarse a lo normal puede generar frustración. Hay un
potencial único en estos símbolos. Aunque en la infancia pueda parecer un desafío, esta
internalización sienta las bases para una expresión profundamente original, auténtica y
sabia de esa energía en la vida adulta, transformando lo que pudo ser una dificultad inicial
en una fortaleza distintiva. Lo mismo vale para uno, adulto, en su relación íntima con sus
planetas resonantes.
La astrología psicológica y evolutiva tiende a ver la carta natal como un código de
información que se despliega a lo largo de la vida, y no como un destino fijo o una
influencia determinista. La carta natal es un conglomerado de información que se va
activando cíclicamente, con una sincronización extraordinaria. Desde esta perspectiva, un
planeta retrógrado no sería un problema o una falla, sino una cualidad inherente del ser
que se manifestará de una manera particular. Acá no se trata de arreglar algo que anda mal
sino de comprender la particularidad de esa energía para facilitar su desarrollo auténtico.
Y esta tarea recién empieza. Te pedimos que si querés ser parte de esta investigación
astrológica nos envíes tu vivencia en la infancia del planeta retrógrado y cómo sentís que lo
vivís hoy, ya de adulto.
Vamos todos juntos a crear un puente entre lo mejor de los dos mundos, el mundo antiguo
y el mundo moderno! Vamos a aclarar malos entendidos, a poner el foco en cómo
nombramos las cosas, a vivir la Astrología sin miedo ni control. Sino a RESONAR con sus
símbolos en la hermosa sinfonía sincrónica del cielo.
Te leo en los comentarios o envíanos tu testimonio a astrologiaviva@hotmail.com
Gabriela Ciminieri- Astrología Viva – Aurora- Campamentos Astrológicos






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