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Marte en Cuadratura a Plutón desde la Mirada de la Neurociencia



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Imagen de @meta.piel

Desde la neurociencia, podríamos ver esta configuración astrológica como una metáfora de

la interacción de sistemas cerebrales que regulan la acción, el poder y la transformación.

Marte, que rige la acción, el impulso y la asertividad, podría asociarse con el sistema

nervioso simpático y las regiones cerebrales como la amígdala y la corteza prefrontal

dorsolateral.

Marte sería el acelerador del cerebro, el que nos impulsa a actuar. La amígdala es

fundamental para las respuestas de LUCHA O HUIDA, que es una manifestación

de la energía marciana. Por otro lado, la corteza prefrontal dorsolateral es clave para la

planificación y la toma de decisiones. Un Marte fuerte o activado se manifestaría como un

impulso decidido y una gran motivación.


Plutón que representa la transformación profunda, el poder y la sombra podría asociarse

con las partes más profundas y primitivas del cerebro. La amígdala también juega un papel

aquí, pero en este caso, se enfocaría en las respuestas emocionales intensas, la memoria

emocional y los traumas. Además, el sistema límbico en general, con su conexión a la

regulación de las emociones y la memoria, sería el centro de la dinámica plutoniana. La

sombra de la que habla la astrología y la psicología jungiana se relacionaría con los

recuerdos emocionales y los patrones de comportamiento subconscientes.


La cuadratura es un aspecto de tensión y fricción. Neurocientíficamente, esto podría

interpretarse como una lucha entre el impulso consciente de Marte (corteza prefrontal)

y las fuerzas emocionales y subconscientes de Plutón (amígdala y sistema límbico). La

persona siente una inmensa pulsión de poder o de control, pero esta pulsión choca con

miedos profundos, traumas o la necesidad de transformar algo en su interior. Es como si el

cerebro estuviera en un constante estado de lucha interna. Esta fricción puede llevar al

auto-sabotaje, la rabia explosiva o a una necesidad compulsiva de control, ya que las vías

neuronales del impulso y la emoción están en conflicto.

La transformación, en este contexto, no es solo un cambio de comportamiento. A nivel

cerebral, implica la neuroplasticidad. La tensión de esta cuadratura puede ser tan intensa

que fuerza al cerebro a reestructurar sus conexiones neuronales. El individuo se ve obligado

a confrontar sus patrones de comportamiento destructivos (la energía no integrada de

Marte) y sus miedos profundos (la sombra de Plutón). Al hacerlo, se crean nuevas vías

neuronales, fortaleciendo la corteza prefrontal para que pueda modular mejor las

respuestas impulsivas de la amígdala. Es un proceso doloroso, pero necesario para la

maduración neurológica y emocional.

Es como si la astrología describiera un mapa de la psique que la neurociencia puede

corroborar a nivel de funcionamiento cerebral. Ambas miradas se complementan para

entender la complejidad humana.

Mientras la astrología ofrece un marco simbólico y arquetipal para entender la experiencia

humana, la neurociencia nos da las herramientas para comprender los mecanismos

biológicos subyacentes. Juntas, ofrecen una visión más completa y profunda de cómo nos

movemos, sentimos y evolucionamos.

¿En qué parte del cerebro se puede ver lo espiritual la trascendencia implícita en Plutón

desde la mirada esotérica?

Desde la neurociencia, la espiritualidad y la trascendencia, que en la astrología arquetipal se

asocian con la energía transformadora y profunda de Plutón, no se ubican en una única

parte del cerebro. Más bien, se manifiestan a través de la actividad y la interacción de

una red de circuitos neuronales.

La neurociencia ha explorado este tema a través de la neuroteología, una rama que estudia

la base neurológica de las experiencias religiosas y místicas.

Con qué elementos del cerebro se relacionan con lo que podríamos llamar la trascendencia

implícita en Plutón:

1. Sustancia Gris Periacueductal (PAG) y el Tronco Encefálico

Primero que nada veamos qué es la materia gris. La sustancia gris, también conocida como

materia gris, es un tejido del sistema nervioso central que se encuentra en el cerebro y la

médula espinal. Su nombre proviene de su apariencia grisácea, que se debe a la alta


concentración de cuerpos celulares de neuronas, dendritas y axones no mielinizados que la

componen. A diferencia de la sustancia blanca, que se encarga de transmitir información, la

principal función de la sustancia gris es el procesamiento de la información.


Funciones de la sustancia gris

La sustancia gris es fundamental para las funciones cerebrales superiores. Algunas de sus

funciones clave incluyen:

 Procesamiento sensorial y motor: Analiza la información que llega del cuerpo y

procesa las respuestas motoras.

 Integración y análisis: Integra la información para realizar tareas complejas como

el lenguaje, la memoria, la toma de decisiones y el pensamiento.

 Emociones y aprendizaje: Participa en la regulación de las emociones y los

procesos de aprendizaje.


Ubicación en el sistema nervioso

La distribución de la sustancia gris varía entre el cerebro y la médula espinal:

 En el cerebro: Se encuentra principalmente en la corteza cerebral, la capa exterior

del cerebro que es responsable de las funciones cognitivas más complejas. También

se halla en estructuras internas como el tálamo, el hipotálamo y los ganglios basales.

 En la médula espinal: Se ubica en el centro, formando una estructura con forma de

mariposa o de

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, y está rodeada por la sustancia blanca. En esta zona, la sustancia

gris se encarga de los reflejos y de transmitir impulsos nerviosos entre el cerebro y

el resto del cuerpo.

La sustancia gris y la sustancia blanca trabajan en conjunto para el correcto funcionamiento

del sistema nervioso.

¿Qué es el PAG? Es una región del tronco del encéfalo que se ha implicado en funciones

como la modulación del dolor, el miedo y las respuestas de lucha o huida.

Conexión con la trascendencia: Estudios recientes han identificado a la PAG como un

punto central en el circuito cerebral de la espiritualidad. Se cree que esta área media las

experiencias de conexión con algo más grande que uno mismo, y está involucrada en la

modulación de estados emocionales intensos. Desde la mirada plutoniana, la PAG podría

ser la base neurológica de la confrontación con lo más primitivo y profundo de nuestra

psique, para luego trascenderlo.

2. Sistema Límbico y Amígdala


 ¿Qué es? El sistema límbico es una red de estructuras cerebrales que regulan las

emociones, la memoria y la motivación. La amígdala, en particular, es clave para el

procesamiento del miedo, el trauma y las respuestas emocionales intensas.

 Conexión con la trascendencia: Las experiencias místicas y de trascendencia a

menudo se describen como emocionalmente abrumadoras. La hiperactividad en el

sistema límbico se ha asociado con estas experiencias. Es como si la energía

plutoniana, al sumergirnos en las profundidades de la sombra y el inconsciente

(representado por estas áreas), activara un proceso de transformación emocional y

psicológica que culmina en una experiencia de unión o trascendencia.

3. Corteza Prefrontal

 ¿Qué es? La parte más moderna del cerebro, responsable del pensamiento racional,

la planificación, la toma de decisiones y la regulación de las emociones.

 Conexión con la trascendencia: Durante las experiencias de meditación profunda

o estados místicos, la actividad en la corteza prefrontal, especialmente la asociada

con el sentido del yo y la orientación espacial, disminuye. Esto podría explicar la

sensación de disolución del ego o la disolución del yo que muchas personas

reportan en experiencias de trascendencia. Es como si el yo racional se apagara

temporalmente para permitir una conexión más directa y profunda con el

inconsciente colectivo o con un estado de conciencia superior, lo que resuena con la

promesa plutoniana de muerte del ego para el renacimiento del alma.

Conclusión

Desde una perspectiva neurocientífica, lo espiritual o trascendental no es un lugar único en

el cerebro. Es el resultado de una red compleja de actividad cerebral, donde la Sustancia

Gris Periacueductal podría ser el centro de la experiencia mística, el sistema límbico el

motor emocional que impulsa la transformación, y la corteza prefrontal la parte que debe

ceder su control para que la trascendencia ocurra.

Es una hermosa analogía de lo que nos enseña la astrología: que para alcanzar la

trascendencia (Plutón), primero debemos sumergirnos en la sombra y disolver los límites

del ego (Marte-Plutón), un proceso que no solo es psicológico, sino que tiene un correlato

en la actividad de nuestro propio cerebro.

 
 
 

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