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Las Relaciones Triangulares en la Carta Natal

Las Relaciones Triangulares en la Carta Natal

Por Gabriela Ciminieri – Astrología Psico-espiritual

Tal como lo expresa Liz Greene, las relaciones triangulares son una dimensión arquetípica de la vida humana. Cada vez que estamos involucrados en un triángulo, tanto sea una relación sexual, o en el ámbito de amistades o -como se ve tan frecuentemente- en el ámbito entre padres e hijos, o los triángulos donde el tercero en discordia es una pasión, un trabajo o un hobby, surgen emociones muy dolorosas de celos, traición, inseguridad, inadecuación y humillación. La culpa emerge instantáneamente en estas situaciones, ya sea porque uno se siente culpable por ser quien irrumpe en una relación aparentemente consolidada, por ejemplo, o por ser quien traiciona al otro, o bien se siente culpable por no ser lo suficientemente atractivo y valioso como para lograr que el ser amado no sienta atracción por alguien más o por algo más.

Los triángulos son arquetípicos y nos ofrecen la riqueza de su propia inteligencia interna: si somos lo suficientemente lúcidos podremos, en el caso de estar atravesando esta experiencia, utilizarlo como vehículo para sanar viejas heridas y despertar nuestra consciencia a algo más grande. Algo allí nos ofrece muy valiosa información sobre heridas de la infancia donde nos debatíamos el amor de mamá o de papá, buscando ser amados como seres especiales y sosteniendo lealtades hacia alguno de nuestros progenitores pagando un costo demasiado alto.

Muchas veces en el consultorio me encuentro con esta temática y sé con certeza que son oportunidades muy valiosas que no se han de desperdiciar. Detrás de estas escenas muchas veces conflictivas y traumáticas se esconde la vieja herida, aún no curada. Y vale la pena explorarla.

La Carta Natal contiene mucha información al respecto, muchísima, que en mis próximos posteos les voy a acercar. Con esta información podremos trabajar terapéuticamente cuando determinados emplazamientos natales son activados por tránsitos o progresiones. La Carta te indica el TIEMPO y la clase de energía que va a estar en juego, para que la persona sintonice con la misma, percibiendo en un juego de luz y sombra, de consciencia e inconsciencia y proyección.

Como les decía, más allá de triangulaciones sexuales, encontramos aquellas en las que el “tercero en discordia” resulta ser el trabajo, un hobby, una pasión por el arte o una llamada mística o vocación espiritual, que acapara la atención y el tiempo de uno de los integrantes del vínculo. Amar a alguien nos pone en el lugar de querer ser exclusivos y nos invita a buscar hondamente en uno mismo tesoros inimaginables. Siempre pero siempre hay un para qué.

Veo con frecuencia en mi consultorio personas muy apasionadas por su carrera, al punto de dedicarles muchas horas a lo suyo y restárselas a la pareja, a los hijos o amigos. Es útil comprender la dinámica e inteligencia del arquetipo, ayudados por la simbología astrológica, que ofrece allí todo lo que se necesita para ver y transformar. El símbolo es infinito y se estira hasta dónde la consciencia humana pueda llegar. Reconocer y decodificar esta simbología es un Arte Sagrado que ayuda a sanar, porque opera desde lo vibratorio, desde la energía y es posible advertir los aspectos inconscientes y aquellos conscientes que revelan las identificaciones de la consciencia de esa persona con sus propias energías y su consecuente limitación en la percepción más amplia.

Hay mucha energía desperdiciada, teñida de victimización, desconsuelo, agravio y desolación de parte de quien es traicionado y de tormento, stress y culpa de parte de quien traiciona y miente.

Este tema, tan bien analizado por Liz Green en su Libro“Las Relaciones y Cómo Sobrevivir a Ellas” CPA Press London, es tan universal que la simbología astrológica resulta muy útil para decodificar y trabajar las heridas de los Triángulos Familiares, cuyas repercusiones emergen en la edad adulta.

Lo primero es saber que si uno se ve involucrado en este tipo de vínculos es porque algo necesita repetir esa triangulación para sanar.

El Astrólogo puede echar un poco de luz cuando el tema surge en la entrevista. Para ello hay configuraciones que dan claves importantes:

Planetas en las Casa IV y X

Estas Casas que pueden representar al padre o a la madre indistintamente e incluso alternadamente en distintas etapas de la vida.

Los planetas emplazados acá y las oposiciones entre la cuarta y la décima indican una separación en la percepción de la persona dueña de la Carta que puede manifestarse concretamente en el afuera como no; lo cierto es que la persona vive internamente la relación de sus padres como dividida y tomar partido por uno de los dos en caso de separación le produce culpa. Pero es bien sabido que los padres muchas veces toman a su hijo o hijos como botín de guerra y los confrontan con el otro progenitor, en especial si la separación conlleva resentimiento. Es muy probable que quién tenga estas oposiciones sea protagonista de esta clase de escenas. Puede llevar al niño a tal extremo de tener que negar el gran amor que siente hacia uno de sus padres por permanecer leal al otro.

Observen que si se encuentra Venus, la Luna, Neptuno, el Sol o Júpiter en la Casa IV o en la X seguro existe un vínculo poderoso con el padre, positivo e idealizado del niño hacia él. En especial si hay oposiciones, el niño se va a sentir muy presionado y ambivalente hasta negar el amor hacia su padre para no traicionar a su madre. Esto se agrava si el padre se va y rehace su vida, tiene otros hijos, etc… El vínculo con aquel padre tan amado e idealizado …. Se rompe. Todos los sentimientos positivos de amor han sido enterrados porque no supimos enfrentarnos bien a las lealtades divididas … éramos demasiado chicos para hacerlo. Entonces suprimimos este sentimiento para sobrevivir y sobre todo porque teníamos que seguir viviendo con nuestra madre.

Quieren que observen las consecuencias psicológicas de esto. Porque el consultante puede venir con cualquier otra cuestión y debajo de todo … aparece este temón.

¿Qué les parece que pueden ser las consecuencias de haber reprimido nuestro gran amor para no traicionar a nuestra madre? Posteriores triángulos. Se aplica a ambos sexos. Una mujer puede acabar teniendo una relación con un hombre casado, o puede jugar el papel de mujer traicionada, casada con alguien igual que su padre o puede jugar el rol de traidora para no acabar como su madre. No importa en calidad de qué juegue, será en una triangulación, en la que la mujer irá en busca del padre perdido. Un hombre, por ejemplo, puede terminar eligiendo una mujer como su madre y –ante su horror- encontrarse en el mismo lugar que su padre … y un triángulo será inevitable. El niño adentro de uno irremediablemente necesita construir la misma escena para repararla. Cuánto más inconsciente son los sentimientos hacia el padre amado y perdido, mayores son las posibilidades de que emerjan estos sentimientos de adulto.

Las heridas no se sanan desde la razón, hay que experimentarlas en carne propia. Los triángulos son un trampolín hacia la sanación cuando somos seres comprometidos con nosotros mismos en sanar la escisión interna.

Rivalidad y Competencia con el Progenitor del Mismo Sexo

¿Han pensado cuál puede ser el origen de la falta de seguridad en la propia sexualidad? Podría ser en los triángulos familiares en donde hubo una batalla edípica sin resolver: rivalidad y competencia con el progenitor del mismo sexo.

Imaginen una madre como rival insuperable a la que de ninguna manera se la podía igualalr y mucho menos superar en sus dotes de belleza, erotismo o lo que fuere. Esta hija ha sufrido una dolorosa y humillante derrota de chica y su confianza en su sexualidad quedó deteriorada. Si no confía en sí misma, tampoco va a confiar en otras mujeres, a quienes verá como potenciales rivales que se llevarán aquello que aman. La traición por parte de amigas puede ser un escenario posible, ya que es lo que esta mujer configura desde sus patrones inconscientes.

¿Y en el caso de un niño que ha tenido en su padre un rival insuperable y destructivo? En cualquier relación posterior en la que se involucre emergerá el sentimiento de rivalidad, de alerta antes los demás hombres quienes se le mostrarán como potenciales rivales, incluso puede llegar a vengarse de otros hombres sustrayéndoles a sus mujeres.

Venus o Marte en Aspecto Duro con Saturno o Quirón

La base de este sentimiento de inadecuación puede encontrarse en configuraciones tales como Venus o Marte (inadecuación sexual de por sí que puede ser acrecentada por triángulos familiares) en aspecto duro con Saturno o Quirón. No significa que estas configuraciones impliquen triangulaciones sí o sí, pero se trata de la confianza minada que sin una contención mínima abren heridas de desvalorización. Uno pudo haberse sentido derrotado por el padre de niño y luego de adulto puede desear demostrar su propia potencia sexual mediante triángulos. Todo va a depender del nivel de consciencia de esos padres.

Venus

Venus en la Casa IV o X de una Carta Natal puede significar que proyectamos la belleza, lo deseable y valioso en alguno de nuestros padres. En ese progenitor proyectamos todo lo hermoso y merecedor. Ahora bien, ¿Cómo creen que puede manifestarse esta herida a futuro en un adulto que no se cree merecedor de nada bello y valioso?

Si a medida que fue creciendo el niño no pudo hacer propias esas cualidades, ya sea porque el progenitor era inmaduro o necesitado de amor y admiración, difícilmente haya podido hacer sentir bello y valioso a su hijo. No olvidemos los rasgos venusinos en la mitología de vanidad y competencia. Si dejamos la imagen venusina proyectada sobre el padre, a futuro es seguro que seguiremos haciendo lo mismo, poniendo en un pedestal a quien elijamos amar, y cargándolo de atributos que son propios pero que no podemos verlos en nosotros. A quien proyectemos todo esto le estaremos dando espacio a su vanidad y humillación para nosotros, porque no nos valoramos. Tarde o temprano emergerá nuestra Venus y la vamos a reclamar, enfrentando a un amante con otro, creando escenas de celos, para convencernos que, a pesar de todo, tenemos algo de valor.

Más allá de los progenitores está el dilema arquetípico de ¿por qué necesitamos atraer la atención y el amor de uno de nuestros progenitores y qué simboliza ese progenitor para nuestra Alma?

Creo que esta sería la pregunta que nos tenemos que hacer al tiempo de trabajar con nuestra pauta personal.

Gabriela Ciminieri

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